¡Hola, juntaletras!
Acabo de terminar mi primer examen —el primero de muchos, por desgracia— y quería celebrarlo con vosotros escribiendo la primera entrada de «Diario del escritor». Como ahora mismo no tengo mucho tiempo, quisiera contaros una anécdota que marcó mi vida en Blogger y como escritora en general: el drama de Hojas de Otoño.
Pongámonos en situación: año 2011, LadyCarla329 comenzaba a tener éxito y de pronto una nueva historia comenzaba a rondar en su cabecita. Tenía varios blogs con distintas historias y estaba dispuesta a abrir uno nuevo donde empezar a subir esta. Sin embargo, alguien le ofreció algo mucho mejor: subirlo a un canal común, en el que aparecían distintos contenidos y que, por lo tanto, tendría mucho más público. Aceptó y la gente se emocionó con la nueva historia.
Semanas después llegó el gran día. Muchas visitas, muchos lectores nuevos y muchos comentarios positivos. Pero no todo fue bueno. También hubo muchos insultos. Y lo peor estaba por llegar.
Se subía un capítulo de cada historia una vez por semana, y a mí me tocaba los miércoles. Así que, a la semana siguiente, todo estaba listo para que los lectores comenzaran a llegar. Pero no hubo lectores. No, lo que hubo fue gente malintencionada que dejaba comentarios diciendo que pretendía hundir la web. Que quería hackear la cuenta del administrador y cargarme todo el trabajo que yo había hecho. Insultos, humillaciones… Aquello fue peor que la batalla de Cannas. Mis amigos intentaron salir en mi ayuda pero no sirvió de mucho. Y entonces, ocurrió.
Se hicieron pasar por mí.
Comentaron con mi nombre una disculpa. Reconocieron las mentiras que estaban diciendo. Crearon un falso evento en Tuenti, nuevamente usurpando mi identidad, destinado a que todo el mundo supiera que pretendía «destronar» aquella web.
Inmediatamente hablé con el administrador para decirle que yo no tenía esas intenciones, que nada de aquello era cierto y que se estaban haciendo pasar por mí. Y que, para que aquello no se volviera a repetir, dejaría de publicar en su página y borraría los capítulos que ya estaban subidos.
No solo dejé de publicar en aquella web, sino que también borré los blogs y mis redes sociales. Cuando mis padres llegaron a casa aquella noche y me vieron con un ataque de ansiedad, me obligaron a hacerlo. Y la verdad, después de aquello yo no quería tener contacto con este mundo.
Tiempo después se descubrió que todos los comentarios con insultos, diciendo que iba a hackear la web y haciéndose pasar por mí venían de la misma zona, de una misma IP. La chica que había creado el evento en Tuenti y había hecho capturas falsas de pantalla a mi supuesto perfil desapareció. El administrador de la página me pidió que volviera, pero no estaba el horno para bollos.
Y así murió LadyCarla329. Se marchó entre las sombras, muy decepcionada con el mundo y sin gana alguna de volver ni a escribir ni a publicar. No lo hizo durante una larga temporada. Pero las manos van al pan y en enero volvió a las andadas. Y renació como Garonne.
Y aquí estamos.
No os cuento esto tan solo por hablaros de una parte de mi vida que poca gente conoce —porque en realidad son pocos los que saben de esta historia—, sino para intentar haceros reflexionar. Blogger no es ese camino de rosas que mucha gente parece creer. A la primera de cambio, es un mundo inhóspito y cruel, habitado por hienas que están deseando devorarte en cuanto les das la espalda.
Así que la conclusión que podemos sacar de esta primera entrada es la siguiente: sed precavidos y tened cuidado.
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